Ciencia en el mundo

El riesgo de muerte prematura se reduce con ocho mil pasos al día

Madri+d
Rev. Manrique Vindas Segura
César A. Parral
13. 09. 23

Un estudio internacional liderado por la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado, por primera vez de manera científica, cuántos pasos hay que dar al día para reducir notablemente el riesgo de sufrir una muerte prematura: 8.000 al día. Si tomamos como referencia la longitud media de los pasos humanos (que es en hombres de 76 centímetros y en mujeres de 67 centímetros), 8.000 pasos son aproximadamente 6,4 kilómetros andados al día.

Los (as) investigadores (as) afirman que para reducir el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular, la mayor parte de los beneficios se observan alcanzando aproximadamente 7.000 pasos.

Además, los (as) investigadores (as) han demostrado que el ritmo al que se dan los pasos tiene también beneficios adicionales, y es mejor andar rápido que lento. Si nos centramos en el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular, la mayor parte de los beneficios se observan alcanzando aproximadamente 7.000 pasos.

El estudio, publicado esta semana en una de las mejores revistas de Cardiología del mundo (Journal of the American College of Cardiology), propone por primera vez el número óptimo de pasos con el cual se alcanza la mayor parte de los beneficios en la mayoría de las personas, y demuestra además, que el ritmo al que se dan los pasos tiene también beneficios adicionales.

La investigación ha sido realizada en colaboración entre investigadores (as) de la Radboud University Medical Center (Radboudumc) en Países Bajos, la Iowa State University en Estados Unidos de América, la Universidad de Granada (UGR) y la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM) en España.

“Tradicionalmente, mucha gente pensaba que hay que dar unos 10.000 pasos al día para obtener beneficios para la salud, una idea que se originó en Japón en la década de 1960, pero que no tenía ninguna base científica”, explica el autor principal de este trabajo, Dr. Francisco B. Ortega, Catedrático del departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR.

Sin base científica

Así, el primer podómetro que se comercializó para el gran público llevaba el nombre de ‘Contador de diez mil pasos’, una traducción literal, pero esta cifra no tenía base científica. “Nosotros (as) hemos demostrado por primera vez que cuantos más pasos, mejor, y que no existe un número de pasos excesivo que haya demostrado ser dañino para la salud”, señala Ortega, quien destaca que alcanzar de 7.000 a 9.000 pasos al día es un buen objetivo de salud para la mayoría de las personas.

Los (as) científicos (as) han realizado una revisión sistemática de la literatura y meta-analizaron datos de doce estudios internacionales que involucraron a más de 110.000 participantes.

Los resultados del presente estudio están en línea con otros estudios recientes, que muestran que los beneficios para la salud se estabilizan en menos de diez mil pasos. “Lo que distingue a nuestro estudio es que por primera vez establecemos objetivos de pasos claros”, explica Esmee Bakker, actualmente investigadora posdoctoral Marie Curie en la Universidad de Granada en España, y otra de de las autoras que han liderado este trabajo.

«En este estudio, demostramos que se pueden obtener beneficios medibles con pequeños incrementos en el número de pasos al día y que, en personas con bajo nivel de actividad física, cada 500 pasos adicionales mejoran su salud. Esta es una buena noticia porque no todas las personas pueden caminar casi nueve mil pasos al día, al menos no desde el principio, por lo que pueden fijarse objetivos pequeños y alcanzables e ir progresando y aumentado poco a poco el número de pasos diarios», apuntan los (as) investigadores (as).

El estudio no revela ninguna diferencia entre hombres y mujeres. Otro de los hallazgos es que es que caminar más rápido se asocia también con una reducción en el riesgo de mortalidad, independientemente del número total de pasos por día. “Tampoco importa cómo cuentes tus pasos, ya sea que use un reloj inteligente, un rastreador de actividad de muñeca o un teléfono inteligente en su bolsillo: los objetivos de paso son los mismos”, señala Bakker.

Recomendaciones de actividad física 

Entonces, ¿Deberíamos dejar de caminar después de dar alrededor de nueve mil pasos? “Rotundamente, no”, insiste Francisco B. Ortega. “Más pasos no son peores en ningún caso. Nuestro estudio mostró que incluso si se alcanzan 16.000 pasos al día, no existe riesgo alguno; al contrario: hay beneficios adicionales respecto a andar de 7.000 a 9.000 pasos al día, pero ya las diferencias en reducción del riesgo son pequeñas”.

El Dr. Ortega agrega que “además, el objetivo de pasos debe ser dependiente de la edad, personas más jóvenes pueden aspirar a un objetivo más alto que personas de edad más avanzada. Es importante destacar también que nuestro estudio solo investigó la influencia en el riesgo de mortalidad por todas las causas y enfermedades cardiovasculares. Hay otros estudios y mucha evidencia científica disponible que demuestra que hacer actividad física de intensidad moderada, e incluso vigorosa, se asocia con múltiples beneficios para la salud, como mejoras en calidad del sueño y la salud mental, entre otros muchos”.

“Nuestro estudio proporciona a las personas objetivos claros y fácilmente medibles”, continúa la investigadora Esmee Bakker. “Las Recomendaciones de Actividad Física internacionales sugieren que los adultos realicen de 150 a 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada por semana. Pero la mayoría de las personas no saben qué ejercicios cuentan como moderadamente intensos, lo que dificulta verificar el cumplimiento de la norma de ejercicio”.

“Contar pasos es mucho más simple, especialmente porque la mayoría de las personas tiene un teléfono o un reloj inteligentes hoy en día, y aquí reside la importancia de este estudio, dar objetivos sencillos y concretos respecto al número de pasos diarios que las personas pueden fácilmente medir con sus teléfonos y relojes inteligentes, y de esta forma proporcionar la salud de las personas”, concluyen los (as) autores (as).

El estudio ha sido realizado por investigadores (as) de la Radboud University Medical Center (Radboudumc) en Países Bajos, la Iowa State University en Estados Unidos de América, la Universidad de Granada (UGR) y la Universidad de Castilla la Mancha (UCLM), en España.