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Los péptidos de huellas dactilares se colocan en un espectrómetro de masas, que mide su masa, con la cual los científicos pueden averiguar su secuencia de aminoácidos. Luego, a partir de ellos, pueden trabajar hacia atrás hasta el ADN, para construir más nanocuerpos que se unen más estrechamente al patógeno.

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Foto: G.I.