El proyecto busca la unión de productores de papaya y miel con empresarios e instituciones públicas como la Universidad de Costa Rica (UCR), con el fin agregar valor a las ofertas de la zona a través de nuevas aplicaciones con los insumos disponibles.
El trabajo además es apoyado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ente interesado en mejorar la competitividad comercial del sitio impactado.
En total, el proyecto abarca seis asociaciones que reciben capacitaciones tecnológicas y científicas de entidades como la UCR, la Universidad Nacional (UNA) y el Instituto Nacional del Aprendizaje (INA).

En estos procesos se pretende generar una colaboración conjunta. En la medida en que los productores aprovechan todo lo que producen, las empresas desarrollan nuevos conocimientos y productos, y los entes técnicos llevan su conocimiento a las calles. Todo esto, al mismo tiempo que se potencia el desarrollo regional.

En esta línea, el jefe de la Unidad de Comercio Internacional e Industria de la CEPAL, Jorge Mario Martínez, había explicado meses atrás que el objetivo del programa es generar “productos diferentes y novedosos, mucho más atractivos”, algo para lo que se planteó permitir a los productores ticos “sofisticar sus productos y aumentar su valor”.

Proyectos beneficiados

Entre las iniciativas a las que se ha buscado agregar valor con la colaboración de los entes técnicos especializados están aquellas ligadas a la producción de jarabes reconstituyentes, cremas humectantes y cicatrizantes.

Estos proyectos son apoyados principalmente por unidades universitarias como la Facultad de Farmacia de la UCR, el Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales  de la Universidad Nacional (CINAT-UNA) y el Centro de Investigaciones en Productos Naturales (CIPRONA).

Además existen otros productos alimentarios que están siendo beneficiados, principalmente algunos relacionados con la elaboración de picadillos, jugos, jaleas y mermeladas.

Estos trabajos son apoyados por distintos entes académicos, especialmente por el Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) de la UCR.

En el primer caso, destacan iniciativas como la de Cosméticos Monteverde, una pequeña empresa familiar que inició sus funciones en 2017 con la dirección de Noé Vargas en San Luis de Monteverde.

La empresa produce y comercializa, en línea, productos naturales y artesanales para el cuidado personal, algo que ahora está apoyando también el proyecto financiado por la Fundación CRUSA.

“Entre los productos actuales, hay doce variedades de jabones naturales, lociones para el cuerpo y exfoliantes. Adicionalmente, se desarrollan nuevos productos como champú, acondicionador y bloqueador solar, para lo que tenemos una relación con el CIPRONA, donde se realiza el proceso de investigación y desarrollo correspondiente”, explicó Vargas.

“En Cosméticos Monteverde vamos a utilizar diferentes subproductos asociados a la papaya y productos de colmena, que nos permitan incorporar sus propiedades y beneficios a algunos productos de cuidado personal”, detalló.

Al respecto, el productor señaló que la idea del compromiso con el programa Alcanzando Escala es “tener los nuevos productos listos para el mercado en setiembre de 2017”, así como una estrategia definida para “el fortalecimiento general de las capacidades empresariales”.

“Para nosotros como pyme en etapa de emprendimiento, las alianzas con entidades son fundamentales para el éxito”, apuntó Vargas sobre el programa.

“En general, como elemento muy valioso del proceso de Alcanzando Escala, rescatamos el esfuerzo de establecer mecanismos de coordinación y colaboración entre múltiples actores, que se complementan entre sí para el fortalecimiento de las pymes con importantes limitaciones socioeconómicas”, concluyó.

Acción UCR

Por su parte, la Dra. Rosaura Romero Chacón, directora del CIPRONA, destacó la importancia del proyecto a nivel universitario, principalmente por potenciar “el trabajo en equipo de diferentes actores que buscan el desarrollo y mejoramiento de calidad de vida de costarricenses que lo necesitan”.

“En este caso, el trabajo conjunto de Gobierno, la UCR, el sector privado sin fines de lucro (CRUSA) y los organismos internacionales como la CEPAL, hace que el esfuerzo pueda ser más exitoso, dado que cada participante los apoya con sus fortalezas”, subrayó.

Además, la funcionaria comentó la función del CIPRONA en estos procesos, entre los que está formulando dos nuevos cosméticos para Cosméticos Monteverde.

También, destacó que “la idea es que esta iniciativa sea un modelo multiplicador”, de forma que “otras empresas puedan utilizar también más adelante las formulaciones”.

Con esto, Romero destacó que se pretende generar un beneficio ambiental, puesto que se espera que “la papaya de rechazo y los productos de la colmena que el productor de miel no está comercializando en este momento,  les llegue a generar a productores y a pymes nuevos ingresos”.

En esta línea, la directora señaló que “el papel de la Universidad ha sido clave en esto”, puesto que -desde su punto de vista- “al final se trata de transferir el conocimiento que se tiene con el propósito de colaborar en el desarrollo del país”.

Este objetivo es algo que la Universidad normalmente busca impulsar a través del financiamiento propio y de las propias empresas, punto que diferencia a esta cooperación de las colaboraciones usuales.

“Constantemente la Universidad, representada por diversos centros e institutos, apoya solicitudes de servicios y proyectos específicos; sin embargo, muchas de ellas están apoyadas financieramente por las mismas empresas que las solicitan y por la misma UCR”, señaló la Dra. Romero.

Por el contrario, con proyectos como las cadenas de valor impulsadas por Alcanzando Escala, el centro universitario se garantiza dejar de “correr riesgos”, algo que normalmente ocurre porque “la contraparte de la Universidad es sustancial”.

“Normalmente, el centro o instituto corre riesgos esperando que los productos de los servicios que presta sean comercializados con éxito por las pequeñas empresas”, explicó la funcionaria.

“Entonces, se usa el esquema de licenciamiento y en muchos casos la Universidad recibe algo si la empresa logra realizar ventas, de otra forma no recibe nada”, concluyó.